Francia
En
el año 1205 la ciudad de Atenas también había sido saqueada por los
cruzados, y el francés Otton de la Roche se adueñó de la ciudad y su
entorno tomando el título de Duque de Atenas. Destaquemos dos hechos: Otton de
la Roche con sus cruzados había sido el primero en penetrar en los palacios e
iglesias de Blaquernes, zona dentro de las murallas de
Constantinopla, donde entonces se veneraba el Mandylion. Y Otton, como
veremos, resultará ser tatarabuelo de Ana de Vergy, noble dama en cuyas manos
el Santo Sudario aparecerá en Francia un siglo y medio después.
Otros
estudios también establecen que los Caballeros Templarios
consiguieron la Síndone de alguna forma y la llevaron secretamente a San
Juan de Acre, a Atenas y finalmente a Francia.
La
Orden del Temple había sido fundada con el objeto de proteger a los peregrinos
en camino a Jerusalén. Con el tiempo resultó ser poderosa por distintos
factores, llegando a tener muy importantes posesiones. Se dice que los
templarios favorecidos por su presencia en muy diversos lugares y la
disponibilidad de grandes sumas de dinero, resultaron ser los inventores de la
letra de cambio. Recibían dinero en un lugar y lo entregaban en otro, cobrando
una comisión por ese servicio, muy importante en todo tiempo, pero mucho más
en la Edad Media cuando viajar era muy costoso y complicado, y trasladar dinero
implicaba riesgos que hacían prácticamente imposible cualquier intento. Por
instigación de Felipe el Hermoso, rey de Francia, que quería apoderarse de sus
tesoros, la Orden del Temple fue disuelta en 1314, sus miembros encarcelados,
juzgados y condenados. La historia ha considerado el juicio como una iniquidad,
las acusaciones fueron varias, pero la principal por la cual sus jefes fueron
condenados a morir en la hoguera fue la de idolatría. Se les acusó de adorar
un ídolo, que era una figura de hombre barbado al que solamente los iniciados
de jerarquía tenían acceso. Importantes historiadores no dudan de que el ídolo
no era otra cosa que la Santa Síndone, que no podían mostrar porque habiendo
sido robada, sobre todos los cómplices pesaba la excomunión y condena a
muerte.
Un
sudario fue venerado en la catedral de Besançon, Francia, hasta 1349 cuando un
incendio la destruyó totalmente y el sudario se habría quemado. Más tarde
entre los escombros apareció un sudario que no hay dudas de que era una copia,
la que creyéndola auténtica fue confiscada durante la Revolución Francesa por
una comisión enviada especialmente desde París. Los historiadores mencionan
que esa tela fue quemada en la plaza frente a la catedral de Notre Dame, de la
que los revolucionarios habían quitado la imagen de la Santísima Virgen María
y puesto en su lugar una estatua de la diosa Razón.
Algunos
estudiosos proponen que el sudario que desapareció durante el incendio de 1349,
es el que poco después, en 1353, aparece en Lirey, pequeña ciudad de Francia,
y de cuyo origen no se dieron explicaciones. Se lo presenta como la mortaja de
Jesucristo, se la llama Le Saint Suaire, el Santo Sudario, pero preferimos
seguir refiriéndonos a ella como Sábana Santa o quizá mejor Santa Síndone o
simplemente Síndone.
No
se sabe exactamente cómo llega a manos de Geoffrey de Charny, quien la entrega
para su cuidado a los canónigos de Lirey antes de partir para la guerra de la
que no regresó. Recordemos que el tatarabuelo de la esposa de Charny, Ana de
Vergy, había sido Otton de la
Roche, el saqueador del templo de Blaquernes de Constantinopla, donde se
veneraba el Mandylion. También es significativo que un homónimo, Geoffrey de
Charny o Charnay, miembro muy importante de la Orden de los Templarios, fuera
quemado en la hoguera en París, junto con el Gran Maestre del Temple Jacques de
Molay cuando la disolución de la Orden en 1314. Ésta, entre muchas otras
circunstancias son las que llevan a serios historiadores a concluir que los
Templarios trajeron a Francia el Mandylion, que sería conocido después como el
Santo Sudario.